4 COSAS QUE DEBE TENER EN
CUENTA SOBRE EL CONSUMO DE SOPA EN LOS NIÑOS
De igual forma, para garantizar un correcto desarrollo y crecimiento de los pequeños, los nutrientes son indispensables, por ello, los nutricionistas insisten en la importancia de garantizar una alimentación equilibrada, suficiente y adecuada, introduciendo alimentos, a medida que van creciendo, menos licuados y más enteros.
Por su parte la doctora
Adriana Cadena, nutricionista con especialidad en pediatría de la Clínica
Colombia de Colsanitas menciona que “las sopas y licuados tienden a volver
‘perezosos’ a los bebés ya que no tienen la necesidad de masticar y para su
desarrollo neurológico es indispensable aprender a masticar, deglutir (tragar)
y desarrollar su sistema digestivo”.
A continuación la
doctora Cadena realiza las siguientes recomendaciones para tener una adecuada
alimentación y mantener el consumo de sopas en el crecimiento de su hijo.
·
La sopa no es un
enemigo. Este plato de comida es un complemento ideal a los seis meses de vida,
pero luego de los ocho meses se debe optar por hacer sopas más espesas, con
consistencia más gruesa y con aporte de proteínas como carne, pollo o pescado,
ya que en esos meses el sistema digestivo permite masticar. En este sentido se
debe evitar licuar, por ejemplo, en vez de procesar la carne la puede incluir
molida.
·
Pierda el miedo a los alimentos enteros. Muchos de los padres o cuidadores siguen dando sopas y
licuados muy procesados por riesgo a que los bebés se atoren. En su
crecimiento, recibir alimentos sólidos les brinda nuevos sabores, texturas y
tamaños de las porciones. Además, quedarse con el licuado no va generar un
aporte nutricional completo.
·
La sopa
pierde su valor nutritivo por la
cantidad de tiempo que se cocinan sus vegetales y el poco aporte de
proteínas. Estudios sobre la situación nutricional en la población menor de dos
años en Colombia indican que existe un déficit de hierro, para combatir esto,
es indispensable que los niños consuman carde de res, pollo y pescado menos
licuados y cocinados ya que pierden sus nutrientes.
·
Una sopa con aporte nutricional es posible, el éxito está en que su tiempo de
cocción no supere los 5 minutos para que las verduras no pierdan sus nutrientes.
Asimismo, el aporte calórico debe ser con un solo carbohidrato y el uso de agua
debe ser mínimo.
La evidencia científica
ha demostrado la importancia de brindar una alimentación natural que se adapte
a las condiciones fisiológicas y al desarrollo neuromotor del niño a medida que
crece, con el fin de que pruebe nuevas texturas y se familiarice con ellas. Por
ello, aunque la sopa puede ser un excelente aliado a los 6 meses, poco a poco
se debe evolucionar en los alimentos que se les brindan a los menores.
La sopa cuenta con una
alta tradición alimenticia en nuestro país y desde generaciones atrás se ha
considerado un plato indispensable en la mesa de los colombianos y nutritivo para
los niños. Sin embargo, estudios recientes y la experiencia clínica han
demostrado que, después de los ocho meses, no se debería continuar con su
consumo diario ya que, primero, no tienen un aporte nutricional completo y,
segundo, retrasa el proceso de masticación, lo que más adelante puede generar
inapetencia en los niños.
De igual forma, para garantizar un correcto desarrollo y crecimiento de los pequeños, los nutrientes son indispensables, por ello, los nutricionistas insisten en la importancia de garantizar una alimentación equilibrada, suficiente y adecuada, introduciendo alimentos, a medida que van creciendo, menos licuados y más enteros.
Por su parte la doctora
Adriana Cadena, nutricionista con especialidad en pediatría de la Clínica
Colombia de Colsanitas menciona que “las sopas y licuados tienden a volver
‘perezosos’ a los bebés ya que no tienen la necesidad de masticar y para su
desarrollo neurológico es indispensable aprender a masticar, deglutir (tragar)
y desarrollar su sistema digestivo”.
A continuación la
doctora Cadena realiza las siguientes recomendaciones para tener una adecuada
alimentación y mantener el consumo de sopas en el crecimiento de su hijo.
·
La sopa no es un
enemigo. Este plato de comida es un complemento ideal a los seis meses de vida,
pero luego de los ocho meses se debe optar por hacer sopas más espesas, con
consistencia más gruesa y con aporte de proteínas como carne, pollo o pescado,
ya que en esos meses el sistema digestivo permite masticar. En este sentido se
debe evitar licuar, por ejemplo, en vez de procesar la carne la puede incluir
molida.
·
Pierda el miedo a los alimentos enteros. Muchos de los padres o cuidadores siguen dando sopas y
licuados muy procesados por riesgo a que los bebés se atoren. En su
crecimiento, recibir alimentos sólidos les brinda nuevos sabores, texturas y
tamaños de las porciones. Además, quedarse con el licuado no va generar un
aporte nutricional completo.
·
La sopa
pierde su valor nutritivo por la
cantidad de tiempo que se cocinan sus vegetales y el poco aporte de
proteínas. Estudios sobre la situación nutricional en la población menor de dos
años en Colombia indican que existe un déficit de hierro, para combatir esto,
es indispensable que los niños consuman carde de res, pollo y pescado menos
licuados y cocinados ya que pierden sus nutrientes.
·
Una sopa con aporte nutricional es posible, el éxito está en que su tiempo de
cocción no supere los 5 minutos para que las verduras no pierdan sus nutrientes.
Asimismo, el aporte calórico debe ser con un solo carbohidrato y el uso de agua
debe ser mínimo.
La evidencia científica
ha demostrado la importancia de brindar una alimentación natural que se adapte
a las condiciones fisiológicas y al desarrollo neuromotor del niño a medida que
crece, con el fin de que pruebe nuevas texturas y se familiarice con ellas. Por
ello, aunque la sopa puede ser un excelente aliado a los 6 meses, poco a poco
se debe evolucionar en los alimentos que se les brindan a los menores.
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