Todos estos cambios se dan gracias al desarrollo de sus habilidades motoras gruesas y cognitivas. Según la Dra. María Elvira Fayad, licenciada en terapia ocupacional con 25 años de experiencia en el tratamiento de infantes, la motricidad gruesa es la habilidad de manejar el cuerpo para hacer movimientos grandes, es decir, que tu bebé logre sentarse solo, que gatee, que empiece a ponerse de pie, que suba escaleras, que monte triciclo, y muchas actividades más, en la medida en que va creciendo. El realizar estos movimientos no solo beneficia su motricidad, también incide en el desarrollo de habilidades finas como el picado y el rasgado, la escritura y el abotonado de la ropa.
En efecto, la Dra. María Elvira Fayad indica que “si los bebés no desarrollan sus habilidades motoras gruesas, el desarrollo de las habilidades motoras finas es más complejo. La motricidad gruesa está ligada a su evolución cognitiva, ya que está 100% involucrada en el proceso de neurodesarrollo. La visión, la percepción y la estabilidad corporal se adquieren a través de la integración de los dos hemisferios cerebrales, y esto solo se puede lograr con el apoyo de los papás en cada una de las etapas de crecimiento. El gateo y el arrastre son patrones contralaterales -pierna derecha-brazo izquierdo- que son vitales para esa integración interhemisférica. En ocasiones los niños que no gatean tienen problemas de lateralidad”.
Por esto, esta especialista te comparte 7 recomendaciones para que le ayudes a tu bebé a desarrollar de manera adecuada sus habilidades motoras gruesas y su flexibilidad:
1. ¡Mantén a tu bebé en el suelo!
No tengas miedo de darle libertad a tu pequeño en casa. Déjalo explorar los espacios y que sea libre de pasar debajo de las mesas y las sillas. Si lo llevas al parque, súbelo en diferentes superficies y permítele avanzar a través de túneles y rodaderos, especialmente en la etapa de gateo. Estas actividades le van a ayudar a desarrollar una buena percepción visoespacial, lo que después se va a reflejar en la lectoescritura.
2. La protección es importante, pero la ropa es suficiente. Evita ponerle a tu pequeño elementos externos para protegerlo durante las primera etapas. Las rodilleras y coderas son fabricadas para los deportes de contacto, el gateo y la caminata son actividades naturales que no necesitan de protecciones adicionales. Los niños necesitan sentir texturas, es recomendable que ubiques a tu bebé en diferentes superficies como el pasto, la arena, la tierra y el piso (baldosa, madera,nmármol). Seguramente habrá algunas en las que se sienta más cómodo que en otras, pero es clave que empiece a reconocerlas y decida por sí mismo.
3. ¡Di sí a la siesta!. Cuando los bebés no duermen lo suficiente, son más irritables, más susceptibles, y más difíciles. La siesta es un excelente reparador natural que beneficia su organismo. Esta costumbre hará que los niños no se sientan cansados y sean más activos, lo que les dará más energía en el día para moverse y descubrir cosas nuevas.
4. Un buen patrón de alimentación hace la diferencia. Vivir nuevas experiencias, activa diferentes etapas. Por ejemplo, el inicio del desplazamiento independiente de tú bebé está relacionado con el cambio en su dieta y la exploración de nuevos alimentos. La actividad física hace que pierda calorías y energía con mayor rapidez, por lo que es clave darle alimentos ricos en fibra y proteína. En la etapa de alimentación complementaria son clave las carnes, los vegetales, las legumbres, los cereales, los lácteos y los huevos.
5. Sorprende a tu bebé desde diversas direcciones. Hacer pequeños cambios posturales en la cuna o en la cama es útil para que los niños de 0 a 2 años desarrollen ambos hemisferios cerebrales. Intenta cambiar la posición de tu bebé con frecuencia, para que deba voltear su cabeza en diferentes direcciones para mirar la puerta o el origen de algunos sonidos. También, entrégale sus juguetes favoritos desde distintos ángulos para que deba utilizar sus dos manos. De esa forma evitas que se desarrolle con mayor facilidad un solo ojo, oído o mano.
6. Cualquier momento es bueno para ejercitar al pequeño. Los bebés necesitan un cambio de pañal aproximadamente 8 veces al día, por lo que este espacio es ideal para realizar ejercicios de estimulación y motricidad gruesa. Con el apoyo de tu mano en su espalda, hala sus manos y ayúdalo a cambiar de acostado a sentado. Esto le ayudará a tener un mayor control de cabeza, que luego incidirá en un mejor desarrollo motor para comenzar nuevas etapas como el gateo. Si tu pequeño es más grande y ya está descubriendo el mundo, va a necesitar estabilidad en su tronco.
Para ayudarlo puedes levantarlo y dejarlo apoyado en su colita, más o menos 10 segundos, unas 3 o 4 veces -durante el cambio de pañal- para que tonifique su espalda.
7. Un buen pañal es clave. Tu bebé necesita estar muy cómodo para darse la oportunidad de explorar y no lo va a lograr si no tiene un buen pañal. “Es necesario que estos permitan la distribución anatómica de los fluidos corporales de tu bebé, es decir su orina y su deposición, con el fin de que no pierdan el equilibrio y la coordinación. Un pañal lleno en el que se forma la típica ‘colita de pato’ o ‘bulto’ incrementa las caídas y la sensación de incomodidad por el peso adicional y la humedad”, afirma la Dra Fayad.
“En la misma línea de las recomendaciones de la especialista, entendimos que, para mantener la comodidad y la flexibilidad de los bebés, los pañales deben contar con mecanismos que redistribuyan la orina evitando que se concentre en el medio”, afirma, Juan Felipe Isaza, vicepresidente de Kimberly-Clark para la región norte de Latinoamérica. “Desde nuestra marca de cuidado del bebé, Huggies, pensamos en estas necesidades y reforzamos nuestro compromiso con los padres colombianos, con el lanzamiento de la nueva y exclusiva tecnología Xtra-Flex. Esta innovación en el modelo Active Sec, ofrece pañales con canales en forma de X que garantizan una protección total y se activan con el movimiento para un mejor ajuste entre las piernas del pequeño. Así, podrá gatear e iniciar la marcha sin peligro de derrames o irritaciones, que interrumpan sus momentos de exploración”.
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