CAMINOS PARA EL HÁBITO DE LA LECTURA
De cada 5 niños de 10 años, 4 no logran un proceso de
comprensión lectora
*Este cambio de
hábitos se aceleró después de pandemia
No todo es desesperanzador, desde la Cámara Colombiana del Libro, en un estudio de febrero de 2024, se especifica que compara con 2017, la tasa de lectura en la población colombiana creció al 72 % de lectores, siendo el medio más usado el libro y en un 34 % las redes sociales, Antioquia y el Eje Cafetero presentan un 88% como los más lectores, seguidos de Centro Oriente (78%) y la capital (77%).
“Y entonces ¿cómo recuperar la magia de la lectura, volver a refugiarse en las páginas de un libro, comprender sus letras y sonreír? ¿Cómo volver a asombrarse al ver a un niño o niña con un libro entre las manos? Quizás la respuesta este en los mismos infantes, en sus ojos radiantes, sus preguntas aventureras, los ambientes que crean para vivir el momento o las inferencias que promulgan desde las imágenes” Tadiana Escorcia, líder de investigación de la Licenciatura en Educación Infantil de la Universidad El Bosque.
Otra actividad puede impulsar a que los niños y las niñas anhelen tener un libro entre sus brazos es llevarlos a diversas bibliotecas públicas. Estos espacios cuentan también con programaciones y talleres que inspiran e invitan a seguir leyendo.
“Los momentos y espacios en el día junto a la familia serán vitales, rodeados de un cojín y una cobija, un el libro leído en voz alta por uno de los padres o cuidadores, con tal entonación que el personaje resucita de las páginas; o antes de dormir una historia y releerla las veces que se desee. Como lo dice Pennac “releer no es repetirse, es dar una prueba siempre nueva de un amor infatigable” añadió Escorcia.
Orientar a los niños y a las niñas a procesos cognitivos continuos estimulará su amor a la lectura, aprovechar cada espacio, leer de camino a casa, al colegio, encontrando portadores de texto en los almacenes, productos, medios de transporte, en las calles que van dejando una huella de grafías que además empiezan a parecerse a su nombre, al de mamá, al de sus maestros o al de sus amigos. Adicionalmente el ejemplo es la base de los buenos hábitos y si un niño nunca ve leer a sus cuidadores probablemente no se sentirá motivado a realizar esta actividad.
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